miércoles, 27 de agosto de 2014

Devoción a nuestra señora del Carmen


El nombre del Carmen viene del Monte Carmelo o “viña de Dios” que está en Tierra Santa. Según el Libro de los Reyes, allí vivió el Profeta Elías con un grupo de jóvenes, dedicados a la oración. Corría el año 300 a J C, y una gran sequía asolaba la región; el Profeta subió a la montaña para pedir lluvia y divisó una nube de luminosa blancura de la cual brotaba el agua en abundancia; comprendió que la visión era un símbolo de la llegada del Salvador esperado, que nacería de una doncella inmaculada para traer una lluvia de bendiciones. Desde entonces, aquella pequeña comunidad se dedicó a rezar por la que sería madre del Redentor, comenzando así la devoción a Nuestra Señora del Carmen (o Carmelo).
En el municipio de Sabanalarga Atlántico se realiza un acto religioso anualmente el 16 de Julio fiesta homenajeada a  la virgen del Carmen llamada “patrona”, por sus devotos que son los conductores y demás personas.
Es un día dedicado a la patrona donde se le demuestra su devoción a través de procesiones en las horas de la madrugada, horas de la tarde y castillos, encabezados por los  conductores.
Esta celebración en muchas ocasiones trae consecuencias dependiendo en la manera como las personas la realicen, se presentan muchos accidentes ocasionados por los hombres embriagados; por otra parte, los castillos llevados a cabo en las horas de la noche, se agrupan muchas personas en el mismo lugar y cuando se está quemando el castillo las chispas que caen en ocasiones le caen a las personas ocasionando quemaduras en su cuerpo o que se le queme la ropa.
Las personas muestran su amor a nuestra señora del Carmen mediante su actitud, su reflexión por las bendiciones recibidas  y ayudas especiales que nuestra patrona concedía a los que llevan con fe y devoción el santo sepulcro. Por esa razón las personas que llevan puestos los escapularios; se salvan de peligros, no es el escapulario en sí, si no la virgen que protege y defiende a quienes lleva esa insignia como señal del aprecio y la devoción que sienten por ella.